February 1, 2007

“La gran debilidad del periodismo, como retrato de nuestra existencia moderna, proviene de ser un retrato formado enteramente por excepciones. Anunciamos en llamativos carteles que un hombre se ha caído de un andamio. No anunciamos en llamativos carteles que un hombre no se ha caído de un andamio. Con todo, este último hecho es en el fondo más emocionante, en cuanto indica que un hombre, animada torre de misterio y terror, todavía se mantiene en pie. Que el hombre no se caiga del andamio es realmente más sensacional; y es también mil veces más común. Pero no puede esperarse razonablemente que el periodismo insista sobre los milagros permanentes. No se puede pretender de los ocupados editores que pongan en sus primeras planas, “El sr. Wilkinson todavía está a salvo,” o “La Sra. Jones, de Worthing, todavía no ha muerto.” No pueden publicar las felices aventuras de toda la humanidad. No pueden contar los tenedores que no se roban, ni los matrimonios que no se disuelven judicialmente. De ahí que todo retrato de la vida sea por necesidad falaz; pueden reflejar únicamente lo inusual. Por democráticos que puedan ser, solamente se ocupan de una minoría”. (Chesterton, La esfera y la cruz)

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